Carlos Monsiváis fue un intelectual dotado de una sensibilidad particular, que le permitió convertirse en un intermediario importante en el seno de los conflictos sociales del país, en el debate de la izquierda y en la discusión política de la élite dirigente del gobierno, de la comunicación entre críticos, politólogos y periodistas en los medios de información”.

Destacó lo anterior el antropólogo José Luis Perea González, secretario técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien ofreció unas palabras de bienvenida, en representación del director general del INAH, Diego Prieto Hernández, en el acto inaugural de la Cátedra en honor al cronista de la cultural nacional, creada el 2 de septiembre de 2015 por la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y su Dirección de Estudios Históricos (DEH).

Tras enumerar las múltiples actividades que el instituto ha realizado en torno a la memoria del escritor y periodista mexicano –fallecido en 2010–, como el concurso nacional de crónica “Una multitud de soledades. Crónicas de la pandemia”, Perea González comentó que, en esta ocasión, la Cátedra contará con seis sesiones para abordar, de manera crítica, los diversos periodos de la historia nacional.

“Vale mencionar que el objetivo del ciclo de conferencias es, sin duda, la divulgación crítica de los problemas histórico-sociales de la nación, así como dar continuidad a los programas que la Cátedra desempeña año con año”, indicó, en la transmisión realizada por el canal INAH TV en YouTube, en sintonía con la compaña federal “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura.

El encargado de abrir la Cátedra fue el investigador de la DEH del INAH, Luis Barjau Martínez, quien disertó en torno al tema “Moctezuma y el ardid del pasado”, donde expuso que la figura del tlatoani es clave para entender la naturaleza del contacto entre el Occidente y Mesoamérica.

En su conferencia, Barjau Martínez comentó que si bien es cierto que está de moda la crítica muy aguda sobre lo que algunos sectores del mundo académico llaman “la historia oficial”, ésta no puede ser excluida del todo, ya que, aunque no es una mentira absoluta y tiene graves errores, también cuenta con indicaciones y aciertos importantes.

Por eso tituló de esa manera a su ponencia, explicó, como una suerte de antropología de la conquista más que como una historia de la misma. Mencionó que, ante la presencia de seres distintos, que por primera vez se manifiestan ante los ojos del tlatoani, Moctezuma reaccionó a su modo, acorde a su papel en la religiosidad azteca.

Entonces, relata Barjau Martínez, decidió cómo enfrentar la presencia de los extraños, quienes muy pronto habían entrado en alianza con los reinos que estaban sojuzgados y obligados a tributar y que, con esa alianza y la utilización de sus armas de guerra, resultaban invencibles.

“Con muy pocas anécdotas reales basta para aceptar la complejidad del encuentro de ambas civilizaciones. Hay hipótesis de investigadores que concluyen que la llegada de otra cultura fue una macro rebelión indígena, a la cual se sumó un puñado de españoles, culminando con el triunfo de los reinos sometidos y que la caída de Tenochtitlan, no significó la conquista”, puntualizó.

El investigador subrayó, con este ajuste, la acción y la responsabilidad del grupo español quedan exceptuadas y la figura de Moctezuma resulta una fantasmagoría un poco borrosa, por lo que consideró necesario volver sobre ella, porque puede ser el resultado y la pieza clave del enredo histórico e ideológico de la conquista de México.

Aseguró que es de mucho interés estudiar a fondo esta figura, esencial dentro del fenómeno del enlazamiento de Occidente y Mesoamérica, porque las versiones que modulan, hasta hoy, la opinión ejercida en su contra, están integradas por intereses complejos, de orden ideológico y político, “y ello configuró un grave equivoco sobre la realidad de los hechos”.

Por tanto, prosiguió, es necesario revisar esas versiones e investigar con todos los recursos al alcance la figura de tlatoani, para acercarse un poco más a la verdad, ya que, Moctezuma, junto a Cortés, son las grandes figuras de la conquista, son la tesis y la antítesis. [INAH]

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