El periodista José E. de la Cruz se alistaba como cada año para asistir el 11 de enero de 1955 al homenaje luctuoso a Saturnino Cedillo en su tumba en Palomas, había sido su secretario particular, le profesaba gratitud y afecto al general que se rebeló al presidente Cárdenas y fue asesinado en 1939 en la Sierra la Ventana, municipio de Guadalcázar.
Gonzalo N. Santos le mandó un mensaje a “Chonito” a través del alcalde de Ciudad del Maíz, Régulo Salas:
“Dile a ese tal de De la Cruz, que si con el pretexto de venir a visitar la tumba de Cedillo va armar boruca en Palomas, que se atenga a las consecuencias. Que no se me pare allí porque no respondo por él”.
De la Cruz, con el miedo reprimido, convocó a reporteros de varios periódicos nacionales al homenaje en Palomas, su presencia sirvió para desalentar cualquier ataque santista. Tres años después fundó la Alianza Cívica Potosina, concebida en la capital del país y formalizada en un mitin con miles de personas en Ciudad del Maíz, “la cuna de la revolución en San Luis Potosí”.
La raíz cedillista de este movimiento era innegable, De la Cruz asumía con orgullo su origen, en su discurso del 11 de mayo de 1958 recordó que Santos comió de la misma cazuela, pero “el cedillismo nunca resurgirá como grupo político. […] esa figura de la Revolución pertenece a la historia. […] es tiempo ya de que el conglomerado revolucionario no sea ya de facciones ni de grupos, sino simplemente de revolucionarios”.
Los que desde el principio se sumaron a “Chonito” para combatir a Santos en la coyuntura presidencial de 1958, fueron el veterano Rafael Rodríguez Pavón, excandidato a la alcaldía de Santa María del Río, el obrero Camerino Hernández, cuya pequeña imprenta le fue destruida por órdenes del cacique huasteco; el magistrado Franco Carreño; Enrique Rangel, presidente de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), y los periodistas José Infante y Rubén Sánchez.
Además de los veteranos cedillistas, formaron parte de la lucha ejidatarios, colonos, obreros, ixtleros del Altiplano y las reboceras de Santa María del Río que ganaban sueldos miserables por extenuantes jornadas de trabajo.
Esta historia de la creación de la Alianza Cívica Potosina es narrada por Arturo Domingo Camargo en Derrumbe de un cacique, libro publicado en 1958, por razones comprensibles se omitió el nombre de la imprenta y abre con una presentación de Romeo Ortiz Morales, subdirector del diario regio El Porvenir. Del autor no se obtuvo información, posiblemente fue un periodista cercano a “Chonito”; en la portada aparece una diluida silueta de Santos con su mirada de gavilán.
Es un libro anterior a La grieta en el yugo (1963), de Antonio Estrada Muñoz, la visión sinarquista de la lucha contra Santos; el de Camargo es la rebelión de los priistas de abajo, la revancha de los viejos cedillistas con la exigencia de que el partido democratizara la elección de los candidatos y evitar la intromisión del “jefe político”; el odio a Santos se había acumulado, se asegura que le ofreció a Cárdenas cazar personalmente al caudillo agrarista cuando se alzó en armas. El libro fue escrito “en caliente”, sobre la marcha de las acciones que encabezó “Chonito” en todo el estado, privilegió a los municipios del interior, “si acudía a la clase burguesa de la capital, no habría de conseguir nada positivo”; realizó mítines y asambleas para atraer seguidores, repartió miles de folletos y volantes en apoyo al candidato presidencial Adolfo López Mateos y de repudio a Santos.
De la Cruz y el croquista Rangel habrían sido los primeros que en San Luis Potosí se pronunciaron por López Mateos, fue en Matehuala, en noviembre de 1957. Fue el primer golpe que le dieron a Santos que apostó al doctor Ignacio Morones Prieto y perdió. “Chonito” alentó la protesta de estudiantes en la UASLP cuando el candidato presidencial visitó al rector Manuel Nava en el actual Edificio Central.
De la campaña electoral de López Mateos en San Luis Potosí, se han escrito diversas crónicas, la siguiente es una parte de la versión de Camargo en Derrumbe de un cacique, en la que “Chonito” aparece como uno de los que apoyó con todo lo necesario para que se realizara la protesta de los universitarios y a quienes les dejó toda la iniciativa porque había sido una idea de ellos. [Javier Padrón]
[Fragmento del texto publicado en la edición 52 de la revista La Corriente].
Muy interesante sintesis de este libro. De suerte lo tendrán digitalizado y a la venta?j
Buenas noches, el libro no está disponible en digital, es un rareza pero es posible encontrarlo en librerías de viejo o bazares.