Hacer una revista cultural, con énfasis en la historia potosina, no era un idea sensata de dos historiadores y un periodista que la concibieron en una librería de viejo, ubicada a media cuadra de la sinuosa avenida Reforma, antiguo cauce de La Corriente, de ahí el nombre que adoptamos; el primer número salió en octubre del 2008, con textos sobre Ramón Alcorta, Guy Stresser-Péan, fray José Arlegui, Mariano Jiménez, la Tlaxcalilla de Armadillo y arqueología en el Altiplano.
Ese primer contenido, con la imagen de un exvoto en la portada que escogimos por el apremio del cierre de edición, debió de ser un buen augurio porque en octubre de este 2023 cumplimos quince años en circulación, logramos conjurar el hechizo de efímera existencia a la que se condena a las publicaciones de corte cultural aún antes de nacer; no todas, hay que decirlo, hubo revistas potosinas que perduraron varios años y son referentes por sus aportaciones a la historia, literatura, artes y otras disciplinas.
No ha sido fácil recorrer estos tres lustros que nos han parecido un parpadeo, en los que hemos publicado 74 ediciones con un precio accesible al público, además de la edición impresa tenemos una página web y estamos en las redes sociales, hemos afrontado vicisitudes y de manera reciente la negativa de los titulares de comunicación social del Congreso del Estado y el ayuntamiento capitalino a otorgarnos publicidad sin ninguna explicación, más que su criterio discrecional en el gasto del presupuesto asignado a medios de comunicación, tienen sus preferencias y favoritos, la difusión de la historia y cultura potosinas no está en su visión de la vida y menos de la función pública.
Pese a todo, mantenemos renovado el entusiasmo que nos motivó a fundar La Corriente y continuar en circulación; este es un esfuerzo colectivo —al margen de instituciones y camarillas— al que se siguen sumando nuevos colaboradores, a éstos y a los que participan desde el principio, también a las librerías y voceadores que nos apoyan con la venta de la revista y sobre todo a los lectores, les damos infinitas gracias por estos quince años de placentera compañía.