El ejercicio de la crítica de la plástica potosina es algo aleatorio, su escasez se compensa con esfuerzos notables entre largas pausas, se mantiene a flote por la tenacidad de sus practicantes; el oficio es exigente, demanda estudio, conocimiento y especialización, una mirada abierta, el goce irrefrenable de experiencias sensoriales y una imaginación osada.
Cada tanto tiempo la crítica es convocada con premura para vestir conmemoraciones oficiales con la publicación de libros sobre arte y cultura del estado, de circulación selectiva y vedados a un público más amplio por criterios elitistas a pesar de su financiamiento público.
Para revisar la situación de la crítica de arte se conversó con varios analistas y conocedores, a la vez creadores; se abordan los efectos de las redes sociales en el arte y difusión de la obra; la falta de críticos y curadores en la red de museos y galerías, y el surgimiento, cada vez más numeroso, de nuevos artistas.
Se entrevistó a Teresa Palau, Salvador Gómez Eichelmann, Elisa Urías, Norma Urenda, José Ángel Robles, Oswaldo Ramos y Jaime Galán.
[El texto completo en la edición impresa número 74; la foto del doctor Gómez Eichelmann, es de Eduardo Zamarripa; la de abajo de estas líneas, de Teresa Palau, fue tomada de su cuenta de Facebook.]