Al caer Saturnino Cedillo por las balas cardenistas el 11 de enero de 1939 en la Sierra de la Ventana, Guadalcázar, algunos de sus seguidores se acogieron a la amnistía y entregaron sus armas, otros resistieron algunos meses a salto de mata y enfrentando a las fuerzas federales, como Prisciliano Méndez Romero, “El Tigre de la Sierra”, de San Ciro de Acosta; cuando decidió deponer las armas fue asesinado ese mismo año por militares en Rioverde y su cadáver fue tirado en el camino hacia Cruz de Marín; su leyenda sigue viva a través de corridos.

La maestra potosina María Castro Rojas de Amerena es una precursora de la defensa de los derechos de las mujeres en la práctica de la medicina, fue la primera médica cirujana y partera egresada del Instituto Científico y Literario en 1912, y la séptima a nivel nacional; realizó sus prácticas en el Hospital Civil, ya titulada estuvo en el Hospital Infantil. Ante el asfixiante ambiente laboral dominado por los doctores, se fue la Ciudad de México, se le designó directora de la Clínica Peralvillo y fue una de las fundadoras y presidentas de la Asociación de Médicas Mexicanas.

La Huasteca fue la tierra ignota que el flamenco Abraham Ortelius presentó al mundo europeo en un mapa realizado en 1548; sus fuentes habrán sido la corona española animada por su afán de expansión y legitimación de sus dominios, de la que después sería nombrado cartógrafo real por Felipe II; el viaje de Vespucio por el ahora llamado Golfo de México del que dejó testimonios y “viendo en la playa muchísima gente, que podían ser al pie de 4000 almas; y cuando nos acercamos a tierra no nos esperaron, y se pusieron a huir por los bosques”; y de otros viajeros y frailes que debieron conocer la región.

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