Cuando las mujeres, como escribió Michelle Perrot, dejaban indicios de su presencia en el relato histórico, solo podía ser de dos maneras, piadosa o escandalosa; esta aserción encaja en el caso de Sara Velarde que en diciembre de 1929 asesinó al diputado Timoteo B. Guerrero, hermano del secretario de gobierno del cedillismo, en un hotel en Cerritos. La acción de esta mujer que así defendió su honor, fue una transgresión para una sociedad regida por militares en la posrevolución, y el periódico cedillista Acción, repitió el discurso machista que coloca a la mujer como fuente de pasiones y perdición.
Otro tema de esta edición 75, es la vida cotidiana de la congregación Ranchos de la Soledad tras la consumación de la Independencia, el orden que se instauraba entre conflictos de jurisdicción y territoriales, este poblado rural de no más de seis mil habitantes estaba dedicado a la agricultura, ganadería y fabricación de mantas de algodón y loza; y sobresale el medallón de cantera mandando hacer por el presidente municipal Benito Escamilla para celebrar la jura de la Constitución y que hace unos meses fue declarado patrimonio cultural del estado.
El amparo del presbítero Bernardo Villageliú, presentado en 1868 ante el juez de Distrito de San Luis Potosí, en defensa de la libertad de enseñanza, nos muestra a la sociedad y autoridades potosinas de la época, las tensiones entre actores políticos y la educación privada; el establecimiento educativo del promovente había sido clausurado por presuntas violaciones legales y puso a prueba la vigencia del nuevo orden que presumía tolerancia y libertad de credos.