Nuestra portada la ocupa de manera merecida la rioverdense Enriqueta Ramírez Verástegui, contra la voluntad de su familia —una de las más acaudaladas del estado— inició su carrera artística como tiple (intérprete de “canciones picantes y sarcásticas”) e incursionó en el cine mudo nacional y se fue a Los Ángeles becada por el gobierno obregonista, y en 1925 fue la primera actriz mexicana en un papel protagónico en una película de Hollywood, después de ella llegarían la paisana Lupe Vélez, Dolores del Río y otras divas.

Otras historias de vida que les compartimos, es la del coahuilense Rafael Cepeda, desde el Instituto Científico y Literario y la masonería jugó un papel relevante en la revolución maderista en SLP, de la oposición pacífica pasó a la vía armada, asumió la gubernatura en 1911 y se transformó en un nuevo porfirista según el estudiante Ramón López Velarde que intentó publicar su primer poemario La sangre devota en la imprenta de la Escuela Industrial Militar pero Cepeda lo censuró al considerar que no se ceñía a la prédica oficial.

Al principio del siglo XX los pueblos de San Juan de Guadalupe, Tierra Blanca y San Miguelito, cuyo origen común data de la época virreinal, enfrentaron a hacendados y pugnaron para ser reconocidos y se les dotara de tierras, en la actualidad ese espíritu de lucha se disolvió en las nuevas generaciones de comuneros —con algunas excepciones— y motivados por un precio ínfimo pretendieron rematar sus tierras, parte esencial del ecosistema del Valle de San Luis, a un puñado de fraccionadores voraces, porque el negocio se cayó con la declaratoria federal de Área Natural Protegida de Flora y Fauna de más de 111 mil hectáreas de la Sierra de San Miguelito.

Por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *