Como figura del rock mexicano, el Sax (Eulalio Cervantes Galarza) fue un creador musical y multiinstrumentista, forjó un sonido nuevo con la banda Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, de la que fue cofundador, con la fusión de ritmos como rock, ska, punk, reggae, mambo y otros, cuando una marca disquera tuvo el acierto de impulsar la estrategia comercial del “Rock en tu idioma” que revitalizó el rock latinoamericano.

Adria Haro Pérez

Eulalio Cervantes Galarza construyó con naturalidad al personaje del Sax: el sombrero y el cabello largo que ocultaba parte de su rostro, la vestimenta dark, un nuevo romántico como lo han dicho algunos, en apariencia introvertido, fue un músico precoz y a los 18 años registró su primera obra en la Sociedad de Autores y Compositores de México.

            Nació el 30 de octubre de 1968 en Soledad de Graciano Sánchez, destacó como saxofonista y clarinetista, estudió música en el Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA) y luego en el Conservatorio Nacional de Música en la Ciudad de México; fue miembro fundador de la Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, también fue productor y colaboró con Los Auténticos DecadentesLos Fabulosos CadillacsMano NegraCafé Tacvba, entre otras bandas.

            Comenzó a tocar el clarinete en la Orquesta Juvenil de la Secundaria Graciano Sánchez Romo con instrumentos prestados, su familia no podía proporcionarle los propios. Esto no lo detuvo, desde 1979 fue acreedor de premios en concursos infantiles de canto en el estado, dos años después se presentó en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México. Fue invitado a diversos programas de televisión en el terruño, impresionó su oído musical y gran habilidad de improvisación con instrumentos de viento. Estos llamaron su atención por el sonido nostálgico que producen. Su inquietud y agudeza musical se desarrolló desde que tenía 13 años y empezó a componer, le gustó tanto que despertó su interés por tocar música de manera profesional. 

Su familia lo apoyó para que asistiera al IPBA, poco después le compraron su primer instrumento, un saxofón. A la par, tocaba en fiestas donde ganó sus primeros salarios que ahorró para comprarse un boleto de autobús a la capital del país. A su llegada realizó el examen para el Conservatorio Nacional de Música y lo aprobó, estaba sumamente contento, era tan sólo un adolescente y este logro implicaba dejar su ciudad, la familia, sus amigos y sus bandas. En la Ciudad de México vivió en un cuarto de azotea en su etapa inicial. 

Sax fue el primer músico de su familia, en el Conservatorio aprendió armonía, composición, clarinete, saxofón, canto, piano e historia de la música. Los primeros años fueron sumamente complicados, vivía prácticamente sin nada, su única herramienta y consuelo era la música. El shock fue considerable, venía de “provincia”, de una familia humilde, su contexto era completamente diferente al que encontró en el Conservatorio, donde la música popular no era bien vista. Eso no lo desalentó, para él siempre estuvo claro que quería aprender música y desarrollar la técnica para lograrlo.

Recién se instaló en la ciudad y enseguida gastó sus ahorros, pedía dinero en las estaciones de autobuses para poder comer. Durante meses su dieta consistió en un bolillo con leche, una sola vez al día, eso era suficiente para ensayar más de doce horas. A la Ciudad de México se fue a “romper la madre”, como él lo decía. Poco después conoció a los integrantes de la Maldita en el estudio de Federico Luna, en 1985. Con 17 años se les planta y los escucha, su música lo inquietó por su sonido auténtico, todo era lúdico y propio, tocaban sin partituras. Él les preguntó si podía improvisar y tocar con ellos, después grabaron un demo en una cinta de carrete y ahí comenzó todo, nació una de las bandas que redefinió el rock mexicano por nuevas vertientes antes no exploradas.

La agrupación se conformó por Roco (vocalista), Lobito (percusiones), Tiki (guitarrista), Pacho (baterista) y Sax, quien tocaba el saxofón, el clarinete, la trompeta, el trombón, flautas, la batería, el bajo, la guitarra, el piano, el acordeón y más de cuarenta instrumentos de viento árabes; además de compositor y coproductor.

El nombre de la banda hace referencia a sus experiencias personales al habitar una vecindad y con ello hacer eco de como estos espacios han definido la vida social y la manera de relacionarse de muchos mexicanos, además de realizar un homenaje a Luis Alcaraz por la canción Quinto Patio. Se sabían subversivos y querían un nombre que lo reflejara.

[El texto completo lo puede leer en la edición impresa 58, diciembre 2021]

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